Por Tadeo Cadena
Uno de los propósitos más comunes de año nuevo es el de hacer ejercicio, ponerse en forma, y lo ideal es contar con un entrenador deportivo ya que algunas de sus funciones sus funciones son:
Explicar y enseñar los principios básicos, reglas, procedimientos de seguridad y lenguaje técnico de un deporte.
Enseñar el uso correcto del equipo.
Suministrar ejemplos de técnicas empleadas en una competencia.
Entrenar y brindar la orientación necesaria sobre el deporte a enseñar:
Preparar e incentivar a sus alumnos.
Planificar y organizar sesiones de entrenamiento.
Coordinar sesiones de acondicionamiento físico para mejorar el desempeño.
Brindar consejos para la mejora del desempeño, es decir, la forma en que debe moverse las manos, los pies o el cuerpo.
Ajustar sus técnicas de entrenamiento de acuerdo a las necesidades de los atletas.
Evaluar el desempeño de los atletas.
En nuestra vida espiritual también debemos de estar preparados y me gusta pensar que Dios es nuestro mejor entrenador.
Este nuevo año 2021, sólo Dios sabe qué circunstancias vamos a vivir, por eso debemos estar preparados física, emocional, pero sobre todo, espiritualmente.
Efesios 6: 11-12
•11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
•12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Efesios 6, del versículo 14 al 17 habla sobre la armadura de Dios:
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
1.Cinturón de la verdad: el cinturón es la parte de la armadura que sostiene todo, por lo tanto se honesto en todo lo que hagas.
2.Vestidos con la coraza de justicia: Nadie es perfecto, recordemos que quien esté libre de pecado tire la primer piedra, somos justos cuando tenemos respeto, equidad, igualdad y libertad con quienes nos rodean.
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
3. Prepárate para levantarte y luchar contra las fuerzas del maligno que podrían tentarte a pecar o llenar tu mente con miedo y ansiedad, permite que Dios guíe tus pasos.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
4. Durante el momento del ataque del enemigo lo único que te puede proteger es la fe, no solo en la existencia de Dios. También tendrás que confiar en Su bondad y el plan que tiene para tu vida.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
5. El yelmo es una especie de casco que protege la cabeza y el rostro, por lo que, en este caso el tener nuestra mente centrada en la salvación nos permitirá protegernos de las preguntas y dudas sobre Dios, la salvación y cómo hay que seguirlo.
Además que al estar nuestros ojos cubiertos, aprenderemos a ver todo a través de la salvación, la mayoría de los deseos del mundo entran por la vista.
6. La espada del Espíritu, ninguna armadura estaría completa si no tenemos un arma.
Leer la Biblia a diario así como memorizar versículos te permitirá familiarizarte con la Palabra de Dios, lo que te permitirá protegerte del desánimo, la desesperanza y de tus propias debilidades.
Esta actividad debe ser diaria, no sólo cuando busques aliento o ayuda, si no entrenas diario, aunque tengas el mejor equipo, el mejor entrenador, no lograras vencer.
Durante 6 semanas tuve inmovilizado el brazo, y sólo me basto ese tiempo sin poder moverlo para que disminuyera el musculo, te imaginas como está tu vida espiritual al no ser constante en oración, en la lectura de la Biblia, al congregarte, para poder compartir el evangelio, o para afrontar el ataque del enemigo.
Este año procura entrenar todos los días tu área espiritual.
Así que manténganse firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud. Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz. Sobre todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno. Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo.