Por Tadeo Cadena
Mateo 25: 14 - 30
14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
En el otoño del 2019, leí este pasaje, y me preocupé.
Me puse a reflexionar si mis talentos los utilizo para la obra de Dios, y luego me llegó otra duda, cuáles eran mis talentos, y cuáles son los talentos que Dios nos da.
Durante unos días estuve en oración, platiqué con mi Pastor, el Pastor Luis Ramos, acerca de que quería servir al Señor, pero que no me veía como un Pastor, que sentía una carga por las familias en especial familias latinas que viven en Estados Unidos.
Mi punto era que si fortalecemos a las familias, fortalecemos la iglesia, y yo quería ser partícipe de eso, mediante la capacitación a padres de familia, el desarrollo de habilidades comunicativas, liderazgo, empatía, administración del tiempo, así como identificar y potencializar en los niños sus habilidades.
Todo bajo un esquema bíblico, sería idóneo.
Al pastor le agradó la idea, y estuvimos en oración, aún seguimos en oración.
Y parte de mi oración era que quiero servir a Dios, con mis talentos, pero…, exactamente cuáles son.
Dios no tardó mucho en contestarme, cierto sábado en la reunión de varones, un hermano de la iglesia, que se llama Roberto Espinoza, se me quedó viendo a la salida, y algo dentro de él le motivo a que me invitara a desayunar.
Y no sé pero ese día había dejado todo mi dinero en casa, incluso la tarjeta, lo hice adrede, ya que no quería gastar dinero, y una de las estrategias que tengo es esa.
Entonces cuando el hermano me invitó me quedé paralizado, le me daba pena decirle que no traía dinero ya que era la primera vez que platicábamos, nos habíamos visto en la iglesia, pero como es una congregación algo grande es algo complicado conocernos todos, en fin, insistió y fuimos.
Estuvimos platicando y salió el tema de que quería servir al Señor, de poner en práctica mis talentos para Él.
En eso mi hermano me preguntó, ¿cuáles son tus talentos?...
Vaya pregunta, misma que yo me hacía desde hacia ya varias semanas, mi respuesta fue ambigua, no muy clara hasta que le dije no sé.
Sé para que soy bueno, sé cuales son mis habilidades pero no logro identificar cuales son las que debo utilizar para el evangelio.
Y me dijo lee efesios 4: 11
11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
Ese sábado, me día a la tarea de hacer una investigación sobre los dones del Espíritu Santo y encontré información al respecto también en:
Romanos 12: 3- 8
1 corintios 12: 8 – 10
Romanos 12: 3- 8
3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
1 Corintios 12: 8-10
8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.
10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
Cada don, podría ser abordado en una enseñanza individual, aún no logro discernir, si así Dios lo va a querer o no, pero en esta ocasión, el enfoque de la enseñanza es que al igual que yo, tu que escuchas esta enseñanza logres identificar estos dones espirituales, y los pongas en práctica.
Si no logras identificar estos dones en ti, empieza con lo básico:
Acepta a Cristo como tu Salvador, pide perdón por tus pecados, y deja que Espíritu Santo tome posesión de ti, a fin de que te revele tus dones, tus talentos.
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